Bath se plantó en terreno vasco con la difícil misión ganar, y con punto bonus, para luego esperar resultados y hasta quedarse con el Grupo. Presionó los primeros diez minutos y estuvo cerca de abrir el tanteador. Pero Olly Barkley, que había estrellado un penal en el palo, se mandó un macanón y adiós a las ilusiones del team inglés.
El zurdo, en zona peligrosa, quiso despejar la pelota. Aunque otro zurdo, Yachvili, le tapó el kick, corrió y apoyó. Biarritz se puso sorpresiva, y hasta inmerecidamente, en ventaja. Ventaja que luego cuidó con buena defensa, buen scrum y gran oportunismo: Balshaw aprovechó otra distracción visitante y llegó al try sin oposición: los vascos 14 a 0 al descanso.
Encima, arrancó el complemento y el propio Balshaw sacó rédito de otro yerro del Bath: el capitán Watson no pudo tomar un pase llovido y el blondo inglés que juega en el equipo francés se anotó por duplicado en el in-goal. Luego llegó el descuento de Hooper tras un maul.
La visita se jugó todo. Nacho Fernández Lobbe ingresó en buena forma y se lo vio muy activo. Pero la diferencia a favor de los locales (21 a 5) era mucha. Desde Italia llegaban las nuevas de que Ulster vencía cómodo al Aironi y le arrebataba al Biarritz el primer lugar de la zona. La motivación pasó en ir a buscar el punto extra.
Y llegó de la mano del yanqui Ngwenya para asegurarse la clasificación y tener la chance de definir en casa. Con Bosch en buena forma durante todo el match, y el aporte en el segundo tiempo del mendocino Guiñazú, los vascos demostraron que la Heineken Cup, de la que vienen de ser subcampeones, les sienta bien.