"En un asado entre amigos, que hacía seis o siete años que estábamos alejados del rugby, surgió la idea de empezar a jugar en San Martín. Cuando presentamos el proyecto el club aceptó la idea y nos dio un terreno para que hagamos la cancha. Nosotros cavamos, pintamos y pusimos los postes. También conseguimos un sponsor que nos proveyó de indumentaria", infla el pecho cuando cuenta la historia Octavio Sánchez, entrenador del plantel superior y uno de los propulsores de la idea.
La batalla no fue fácil, pero finalmente, 60 jugadores mayores y 40 infantiles podrán jugar. "Fue muy duro estar un año parados por no recibir la aceptación de la URT. Muchos se fueron porque no teníamos competencia. Otros se quedaron a luchar y ahora disfrutan de este hermoso presente", sentenció Javier Busnelli, el capitán.
"Para lograr la aceptación de la Unión debimos cambiar la personería jurídica. Si bien formamos parte del Club Atlético San Martín no dependemos de ellos, ya que San Martín Rugby Club tiene una comisión directiva aparte", explicó Busnelli.
"Estamos muy felices. Fue como esperar un hijo. Cuando los chicos se enteraron, querían entrenar todos los días. Estaban como locos", contó Sánchez.
"Queremos darle importancia al rugby infantil. Este es un proyecto a futuro que llevará entre 8 y 10 años para que desde los más chicos llegue gente al plantel superior", agregó el técnico.
La pasión por el rugby se instaló en San Martín de la mano de 14 amigos y tras superar varios obstáculos, podrá debutar oficialmente este año. Los valores del amateurismo siguen vivos.
"Queremos darle importancia al rugby infantil. Este es un proyecto a futuro que llevará entre 8 y 10 años para que desde los más chicos llegue gente al plantel superior", agregó el técnico.
La pasión por el rugby se instaló en San Martín de la mano de 14 amigos y tras superar varios obstáculos, podrá debutar oficialmente este año. Los valores del amateurismo siguen vivos.